Si una de las preocupaciones de las empresas es el grado de morosidad en algunos clientes, significa que la actual situación económica no atraviesa momentos estables. Los medios de comunicación se hacen eco del incremento peligroso de empresas en las listas oficiales de morosidad, llegando a cifras cercanas a los 2,5 millones de personas y/o empresas. La mayoría de ellas, acumula deudas impagadas con bancos o grandes corporaciones, repercutida en distintos productos y/o servicios adquiridos a crédito. Por otra parte, esta situación genera tensiones en las relaciones comerciales futuras, por lo que en el caso de las empresas, se intuye un dificultoso ambiente de trabajo.
Para que la morosidad se haga “oficial”, se tienen que superar los tres meses posteriores al vencimiento, así que, para muchas empresas, independientemente de su dimensión, genera una situación peligrosa para el control de caja interno, por lo que las medidas a tener en cuenta son numerosas. La solución más efectiva es la vía judicial, aunque de este modo se alargan los plazos de tiempo y se generan costes añadidos, tratándose de un último recursos para reclamar un pago.
Por otra parte, distintos métodos para recuperar impagados, como amenazar de romper la situación contractual, advertir de los peligros de utilizar una vía judicial o refinanciar la deuda, hace que los departamentos financieros inviertan más recursos en reclamar y gestionar deudas que en su propio quehacer diario. Las habilidades psicológicas de este departamento jugarán un papel esencial para generar confianza y empatía en el deudor, haciendo así más cercano el pago.
Como consecuencia de la actual situación, muchas empresas atribuyen al mal momento económico para retrasar pagos sin ningún tipo de rubor. Estas situaciones se realizan para que dichas organizaciones aumenten el periodo y así puedan afrontar los correspondientes pagos, en el caso de no disponer de la suficiente cantidad.
Para evitar en gran medida estas situaciones, o en el peor caso disponer de las herramientas necesarias para acudir judicialmente a la reclamación, la correcta y completa documentación sobre la relación comercial será vital para ejercer el derecho de cobro de la misma. Otra herramienta de utilidad es la investigación privada orientada a descubrir la situación financiera real de la empresa deudora, para así tener conocimiento verídico y poder realizar las acciones correspondientes.